Precisamente eso parece haber ocurrido con el ñu, el rumiante africano que posee cabeza y cuernos de buey, cuerpo y crines de caballo y patas delgadas como el antílope.
El ñu es conocido científicamente como Connochaetes taurinus y se encuentra distribuido en las sabanas del Este y Sur de África, donde es común verlos migrando en enormes manadas y a grandes distancias.
Un ejemplar adulto de esta especie puede medir aproximadamente 2,50 m de largo (incluyendo la cola) y su alzada (altura desde el suelo hasta el punto más alto de la cruz) es de 1,30 m. y su peso puede variar entre 150 y 300 kg.
El ñu posee una cabeza maciza con cuernos curvados hacia el exterior y adornada con crines oscuras y una barba larga con pelos duros. Su cuerpo presenta un color general gris oscuro, sobre el que distinguen numerosas rayas transversales negras.
Respecto de su reproducción, las ñúes hembras son capaces de dar a luz una sola cría en cada parto. Las crías recién nacidas pueden pararse y comenzar a correr en cuestión de horas después del parto. Esto les permite seguir a su madre a todas partes, lo que les garantiza cierto grado de supervivencia ante el acecho de sus depredadores naturales.
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