A pesar de la gran variedad de tipos que podemos encontrar dentro de la raza persa, hay ciertas características que deben cumplirse para ser considerado como un gato persa.
La forma de la cabeza es una de ellas. Ésta debe ser redondeada y ancha. Sus mejillas deben ser también redondas y bien rellenas. En cuanto a su nariz, ésta debe ser achatada, pero en la punta debe tener forma respingada.
Así mismo posee un mentón y una mandíbula fuerte. En general tiene una expresión en su rostro dulce, aunque en ocasiones poco amable. Eso depende de la expresividad del animal.
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