El perezoso, un mamífero que habita lentamente

Los perezosos son unos animales de aspecto inofensivo y simpático que habitan las regiones tropicales selváticas de América Central y del Sur, que se caracterizan por la lentitud de sus desplazamientos y metabolismo, y por pasar la mayor parte del día en las copas de los árboles, donde consiguen alimento y refugio.



Los perezosos actuales, junto con el oso hormiguero y el armadillo, son sobrevivientes del otrora numeroso superorden de los Xenatros, un grupo de mamíferos placentarios típicos del continente americano.
Las especies actuales se pueden clasificar en dos géneros: los perezosos de tres dedos (Bradypodidae), también conocidos como melenudos o ais, y los perezosos de dos dedos (Megalonychidae), que también se identifican como unaús o intillamas.
Los perezosos pueden medir por lo general entre 40 y 74 cm de largo y presentan un cuerpo compacto, cubierto por un pelaje denso castaño-grisáceo largo y de aspecto lanoso. Es frecuente que sobre su pelo crezcan bacterias y algas que le otorgan un tono general verdoso, ayudando a que se mimetice perfectamente con su medio y pase desapercibido a los ojos de algunos de sus depredadores.
La cabeza de estos animales es pequeña, aplanada y redonda; los ojos son grandes, la nariz chata y carecen de pabellón auditivo externo, y el cuello posee seis vértebras cervicales en el perezoso de dos dedos, y nueve o diez en los de tres dedos.
Otra diferencia evidente entre ambos géneros de perezosos radica en la cola, ya que la misma es pequeña en los perezosos de tres dedos y está ausente o muy poco desarrollada en los de dos dedos.
Los dientes anteriores están ausentes en la boca del perezoso, mientras que los posteriores son hileras de protuberancias cilíndricas todas ellas aproximadamente iguales y sin esmalte protector, pero que han adquirido una superficie trituradora y crecimiento continuo, que resultan útiles para la ingesta de yemas, brotes tiernos y hojas de los árboles, que constituyen su principal fuente de alimentación (aunque en algunas ocasiones no desdeñan agregar orugas y pequeños reptiles al menú).
Las patas del perezoso son largas y están bien desarrolladas. Los dedos de los pies y de las manos son sindáctilos (parcialmente unidos) y terminan en unas garras largas y curvadas que resultan de gran utilidad cuando el animal se agarra a las ramas de los árboles.
Los perezosos poseen costumbres netamente arborícolas y cuando están en tierra no pueden mantenerse en pie y se desplazan arrastrándose lentamente. También suelen descender una vez a la semana para defecar y orinar. Sin embargo, no encuentran dificultades para desplazarse en el agua en busca de nuevos territorios o pareja.
La hembra pare una sola cría que suele ir agarrada al pelo de la madre hasta que está bastante desarrollada para valerse por sí misma.
Lamentablemente, las crías y ejemplares jóvenes del perezoso son frecuentemente extraídos de sus hábitats naturales y vendidos como mascotas o “peluches vivientes”. La crueldad con que son tratados estos animales por los cazadores y comerciantes ilegales incluye el dopaje para hacerlos ver más dóciles, además del corte y la limadura de sus uñas y dientes.



Share on Google Plus
    Blogger Comment
    Facebook Comment

0 comentarios:

Publicar un comentario