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Historia del galgo afgano
O Afghan Hound. El galgo afgano es una de las razas de perros más antiguas que se conocen (segundo o tercer milenio antes de Cristo). Existe una leyenda en torno a este perro relacionada con el Arca de Noé: el patriarca decidió elegir a esta clase de perro, por aquel entonces conocido como Tasi o Tazi, para preservar a los galgos después del Diluvio Universal. Durante muchos siglos, fue utilizado por sectores de la nobleza y de la realeza como perro de caza. Llegó a Europa a finales del siglo XIX de la mano de soldados ingleses destinados en Afganistán, que lo utilizaban como guardián y mensajero. Finalmente arribó en Estados Unidos en la década de los años 20.
Rasgos Físicos del galgo afgano
Perro grande, de conformación ligera y adaptado a la carrera. Su peso gira en torno a los 22 y 33 kilogramos, aunque las hembras tienen un peso menor. Por otra parte, su altura es de aproximadamente 63 - 74 centímetros. Puede tener un pelaje de colores variados, largo, liso, fino y espeso. El pelo crece sin parar durante su ciclo vital, no muda. De ojos marrones y oscuros, y orejas anchas.
Comportamiento del galgo afgano
Destaca por su gran elegancia, belleza y majestuosidad. Juguetón, muy sensible, pero a la vez distinguido, valiente y digno. Si considera que ha sido reprendido injustamente, tiende a no obedecer a su dueño durante unos días. Le cuesta reconocer que no es el líder. Difícil de entrenar e independiente. Cuando se siente acorralado, puede atacar furiosamente. Ideal para convivir con personas liberales, es decir, que viven y dejan vivir.
Cuidados del galgo afgano
Este perro necesita realizar ejercicio a diario, paseándolos periódicamente. En épocas de gran calor es conveniente que tenga acceso a lugares frescos, lejos del sol y con un fácil acceso a agua fresca. Su gran pelaje necesita cuidados continuos, requiere una atención especial. Su pelo debe de ser cepillado durante el baño, cuando esté mojado, ya que si está seco puede que pierda brillo y se dañe.
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