El manatí, identificado científicamente con el nombre de Trichechus, es el último sobreviviente de la familia de los Sirénidos, y suele localizarse en las costas marinas de aguas cálidas y en ríos y lagunas de aguas tibias rodados de mucha vegetación. Se suele observarlos mientras se desplazan río arriba en busca de remansos poco profundos y protegidos de la acción de los vientos, donde busca su alimento.
Este mamífero puede atravesar con facilidad las aguas gracias a la forma de su cuerpo, que es similar a la de un huso, ya que la cabeza, el cuello, el tronco y la cola se funden en un cuerpo cilíndrico y gordo que puede llegar a medir entre 2.8 y 6 metros de longitud y pesar hasta media tonelada, dependiendo de la especie.
El manatí posee una cola aplanada horizontalmente en forma de espátula y miembros delanteros flexibles y con aspecto de remo, que son usados para ayudar al desplazamiento sobre el fondo, rasguñar, tocar e incluso para abrazar a otros manatíes, para mover el alimento hacia adentro y facilitar la limpieza de la boca.
La boca tiene el labio superior hendido, sus partes laterales son tan móviles que trabajan como tijeras, y despedazan las hojas y los tallos. Los labios se encuentran recubiertos por un conjunto de cerdas rígidas y cortas que sirven como órganos táctiles.
En lugar de dientes, el manatí cuenta con una serie de placas córneas que resultan suficientes para triturar su dieta, constituida por una gran variedad de plantas, aunque en la zona de Centroamérica se han registrado casos de manatíes alimentándose de peces y pequeños invertebrados. Los ejemplares adultos son capaces de devorar cerca de un diez por ciento de su peso al día.
Cuando el manatí se sumerge, sus orificios nasales ubicados en la trompa se cierran para impedir el ingreso de agua. De esta forma pueden permanecer debajo del agua por períodos aproximados de veinte minutos, aunque normalmente suele emerger para respirar cada uno o cuatro minutos.
Respecto de su ciclo de reproducción, la manatí hembra puede parir en forma habitual una sola cría cada 2 a 5 años después de 12 meses de gestación. Un manatí recién nacido puede pesar 35 kg. y medir cerca de un metro de largo y llega a la adultez al cumplir los 4 años.
La población de manatíes se ha visto amenazada no sólo por haber sidos cazados por su piel y carne, sino también por la acción del hombre sobre el ambiente en el que vive. Se han registrado numerosos incidentes de manatíes muertos al ser embestidos por lanchas y motos acuáticas que navegaban a altas velocidades, por el vertido de desechos industriales y domésticos en los ríos, o por asfixia al enredarse en restos de redes abandonadas.
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