El particular aspecto físico de la hiena manchada ha llevado a que muchos lo relacionen con los perros, aunque en realidad pertenece a la familia de los feliformes, a la que también pertenecen felinos y mangostas, entre otros.
Sin embargo, y a diferencia de sus parientes, la hiena no cuenta con habilidad para trepar a los árboles, utiliza los dientes en lugar de las garras para aferrar a sus presas, tienen grandes pies callosos y no posee uñas retráctiles.
La hiena manchada se encuentra distribuida en las praderas y otros espacios llanos de África, a excepción del Sahara y de la cuenca del río Congo, ya que estos animales difícilmente pueden sobrevivir a las condiciones ambientales propias de los desiertos y selvas de esas áreas.
La hiena manchada presenta un torso relativamente corto y sus miembros anteriores son ligeramente más largos que los posteriores, y la espalda desciende en forma notable hacia atrás. La cabeza es grande y pesada, sostenida por un cuello ancho y corto.
Un ejemplar adulto de esta especie puede llegar a medir entre 80 y 150 cm de largo sin contar la cola, que puede alcanzar los 35 cm. Su peso máximo ronda los 90 kg. y las hembras presentan un tamaño mayor al de los machos. Es la más grande de las tres especies de hienas existentes.
La hiena manchada también es la más gregaria, reuniéndose en clanes organizados matriarcalmente (es decir, regidos por una hembra alfa), cuyos integrantes se comunican a través de una serie de gritos que en algunos casos recuerdan a una risa humana.
En cuanto a su alimentación, existe la idea generalizada de que la hiena es un animal carroñero que sólo se alimenta de los restos dejados por otros depredadores o arrebatados a los mismos. Sin embargo, estos animales son capaces de trabajar estratégicamente en equipo para atacar y derribar a mamíferos que los superan en tamaño, como los ñus y los antílopes.
Además de poseer una de las mordidas más poderosas de África, la hiena manchada posee un sentido del oído muy desarrollado, una eficaz capacidad para ver en la oscuridad y una elevada resistencia a la fatiga, que le permite trotar durante largo tiempo a 10 km/h, e incluso puede correr a 50 km/h en un tramo de más de 3 kilómetros.
Por lo general, las hienas manchadas paren dos crías después de 110 días de gestación. Los pequeños nacen con los ojos abiertos y pueden llegar a pesar un poco más de 1,5 kg.
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