La avispa de mar, una amenaza mortal e invisible

Capaz de llegar a matar a un ser humano con sólo tocarlo, la avispa de mar es una especie de medusa que habita principalmente las aguas que rodean Australia y que gracias a la transparencia de su cuerpo es prácticamente invisible a los ojos de sus posibles víctimas.

Si bien se señala comúnmente que su hábitat natural es el territorio marítimo de la principal isla de Oceanía, se ha reportado la presencia de estos organismos en otras zonas del Índico y del Pacífico, incluyendo las costas de Filipinas o Vietnam.
Como la mayoría de las medusas, la avispa de mar o Chironex fleckeri pertenece a la familia de las cubomedusas y se caracterizan por poseer una textura y apariencia gelatinosa, con el cuerpo principal (o umbrela) de forma casi cuadrada, traslúcido y con tonalidades azules y verdes, lo que dificulta su visualización en el mar.
Del cuerpo de la avispa de mar cuelga un manubrio tubular, con la boca en su extremo inferior, de la cual salen 60 cilios o tentáculos de aproximadamente 80 cm de largo cada uno, aunque hay ejemplares en los que dichos órganos alargados llegan a medir los tres metros.
Precisamente en esos tentáculos reposan unas células urticantes que contienen unas cápsulas con un filamento neurotóxico o aguijón que, al entrar en contacto con una presa, se disparan e inyectan el veneno, considerado uno de los más poderosos del mundo animal y que es capaz de provocar la muerte en cuestión de minutos.
Por lo general, basta el simple roce de los tentáculos de la avispa de mar para que, en menos de media hora, la víctima comience a sentir un intenso dolor en todo el cuerpo, el ritmo cardíaco se triplique y la tensión sanguínea se duplique hasta que se provoque una embolia cardíaca fatal.
En el caso de los seres humanos, si el veneno de esta especie de medusa penetra en el sistema sanguíneo, la muerte puede producirse en menos de tres minutos. Una medida de emergencia que ha demostrado ser útil para combatir una picadura de esta especie es la de echar vinagre sobre la zona afectada, ya que esto hace que los aguijones dejen de inyectar veneno.
Sin embargo, existen algunas especies que son inmunes a los terribles efectos de la neurotoxina de la avispa de mar, como es el caso de peces que las llegan a usar como refugio para protegerse del ataque de otros predadores. Su veneno tampoco le resulta útil para detener a uno de sus principales enemigos naturales, la tortuga de mar, que se alimenta de estas medusas.
Hablando de alimentación, la avispa de mar posee una dieta constituida principalmente por crustáceos y peces, a los que puede perseguir a una velocidad de 1,5 metros por segundo. Se desconoce si cuatro grupos de veinte células fotosensibles- que algunos identifican como ojos- le son útiles para buscar sus presas o para procesar las imágenes.



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