Podemos hacerlo en la bañera con el grifo de la ducha o en un lugar especifico destinado para ello. Allí ponemos al gato ya con el grifo de la ducha preparado a la temperatura correcta y lo sujetamos suavemente por el lomo para evitar sus posibles fugas.
Empezamos a mojarlo uniformemente por todo el cuerpo (lomo, patas, cuello, barriga) exceptuando la cara, que es la zona para él más desagradable y que dejaremos para el final.
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