El águila real: Belleza, agilidad y fortaleza en las alturas

 

El águila real, águila dorada o águila caudal, reconocida en el mundo científico con el nombre de Aquila Chrysaetos, ha prestado su elegante y bella  figura  para encarnar el poderío de imperios y naciones. Además de su físico imponente, su velocidad en picada difícilmente superable la convierte en la representación ideal del ave cazadora.
El águila real es una de las aves de presa más conocidas y grandemente distribuidas en el mundo. Su área de distribución abarca gran parte del hemisferio Norte, aunque su población en Europa Central su población se ha visto atenuada por la actividad del hombre.
No obstante de la falta de información en grandes sectores de Asia, en el 2002 se calculaba que la población mundial de este ave rondaba entre los 50.000 y 100.000 ejemplares.
El color de su plumaje es castaño oscuro, volviéndose dorado en cabeza y cuello y blanco en los hombros y el extremo de la cola. En las águilas jóvenes, el blanco abarca más que el pardo en la cola, aunque esta proporción se invierte con la edad.
El macho es más pequeño que la hembra, midiendo hasta 2 metros de envergadura alar y un peso entre 3 y 4.5 kg. Las hembras pueden lograr un metro de longitud desde el pico a la cola y 2,3 metros de envergadura alar, y pesar entre 4 y 6 Kg.
Para cazar, sus principales armas son su escalofriante velocidad de vuelo en picada  (más de 200 km/h), sus robustas patas acabadas en garras bien desarrolladas, pico ganchudo, su fuerza y una potente vista capaz de detectar a sus presas desde cientos de metros de distancia.
Su dieta incluye primordialmente roedores, conejos, liebres, zorros e incluso ejemplares pequeños o viejos de cabras y jabalíes. En las llanuras de Mongolia el águila real se atreve a darle caza a los lobos, estando una amplia colección de pinturas y fotografías en las que se reproducen estos episodios. Además se alimenta de carroña.



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