Llama de Sudamerica: un animal amable y esplendido

Surgida hace más de 4000 años por acción del hombre, la llama es un animal doméstico que resultó de gran utilidad para distintas comunidades de América del Sur, que supieron sacar provecho de este camélido empleándolo como bestia de carga, y usando su carne, lana y cuero.



La llama es el camélido americano de mayor tamaño, superando a su parentela integrada por el guanaco, la vicuña y la alpaca. En la actualidad, su hábitat original comprende las zonas andinas de Argentina, Chile, Perú y Bolivia, aunque existen criaderos rebaños de llamas en regiones tan diversas como Europa, América del Norte, Medio y Extremo Oriente, y Oceanía.
Por lo general, una llama adulta puede lograr una altura de 1,3 metros en los hombros con un peso máximo de unos 140 Kg. Las hembras generalmente conviven en grupo, organizadas en jerarquías diferenciadas, y llegan a su tamaño adulto y a su edad reproductiva a los dos años. Por otra parte, el macho alcanza la madurez alrededor de los dos años y medio, caracterizándose por llevar una vida más solitaria.
A pesar de su aspecto apacible y su carácter manso, los machos suelen enfrentarse cuando uno de ellos invade el territorio del otro. Esto genera choques entre los rivales, que intentan hacer valer su primacía a través de patadas, mordiscos y empellones.
Una vez realizada la fecundación, el período de gestación es de once meses y medio, y la parición de las crías se caracteriza por realizarse principalmente en horas de la mañana y el mediodía, con las otras hembras reunidas alrededor, brindado protección al pequeño. Las llamas dan a luz de pie y la cría, a diferencia del resto de las especies no es lamido por su madre, sino que se seca al sol. Después de una hora, la pequeña llama ya puede pararse y mamar por sus propios medios.



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