Las ranas y los sapos son los anfibios más conocidos del mundo, además de ser los que tienen más variedad de especies diversas. Existen más de 4.300 de especies distintas de ranas y sapos que pertenecen a la familia de los Anuros.
El hábitat de las ranas y sapos, ¿Dónde viven?:
Viven en los lagos, lagunas, selvas, montañas, pantanos, praderas y desiertos de todos los continentes, excepto en la Antártida.
La mayoría de las ranas viven en el agua o cerca de ella. La mayoría de sapos, en cambio, viven en la tierra.
Las ranas y sapos arborícolas están adaptados a la vida en los árboles.
La alimentación de las ranas y sapos, ¿Qué comen?:
Cuando son renacuajos se alimentan de plantas acuáticas, mientras que los adultos son carnívoros.
El cuerpo de las ranas y sapos:
El tamaño de sus cuerpos va desde los 3 centímetros hasta los 40 centímetros, dependiendo de cada especie.
Casi todas las ranas tiene la piel muy lisa, sin embargo, los sapos la tienen cubierta de verrugas.
Existen muchas especies de ranas y sapos que poseen la piel de colores brillantes o con marcas. Utilizan estos colores y marcas para advertir a los rivales de que se alejen de su territorio cuando se quieren aparear, o para informar a sus predadores de que son venenosas y que, por lo tanto, no les convienen comérselas.
Cuando salen del huevo todavía son renacuajos con cola y sin patas, y no es hasta dentro de unas 9 semanas cuando desarrollan la primera pata trasera. Transcurridas 12 semanas después de haber salido del huevo, ya habrán desarrollado sus cuatro patas por completo, y más tarde les desaparecerá la cola, una vez tengan 16 semanas de vida.
Casi todas las ranas y sapos poseen orejas grandes y con forma circular, éstas se sitúan detrás de cada ojo y son difíciles de ver.
Los ojos de las ranas y sapos sobresalen en la parte alta de la cabeza, lo que les otorga la habilidad de ver por encima del agua cuando se encuentran sumergidos en ella, sacando fuera del agua solamente los ojos y manteniendo el resto del cuerpo dentro del agua.
Existen ranas y sapos con patas cortas, éstos se arrastran sobre sus cuatro patas o van dando pequeños saltos para desplazarse. Luego tenemos a las ranas y sapos con las patas traseras largas y robustas, que les sirven para dar grandes saltos.
Muchas ranas y sapos tienen los cuerpos alargados y delgados, además de tener las patas palmeadas y de gran tamaño, esto les sirve para nadar con una buena habilidad y velocidad.
Las ranas arborícolas poseen patas con ventosas pegajosas, capaces de engancharse en cualquier superficie lisa.
Características de las ranas y sapos:
Pertenecen a la familia de los anuros.
Existe un total de 4.350 especies distintas de ranas y sapos, lo que las convierte en el grupo de anfibios más grande del mundo.
Muchas ranas y sapos poseen un sentido del oído muy agudo y bien desarrollado que les sirve para detectar a los enemigos que se les acercan y así evitar ser atrapados. Con este excelente sentido del oído, pueden detectar la llamada distintiva de una posible pareja.
Ponen hasta 20.000 huevos recubiertos por una gelatina que los mantiene protegidos de los peces y otros predadores.
Los renacuajos, cuando acaban de salir del huevo, tardan 10 días hasta que empiezan a aprender a nadar y comer bien.
Las ranas nadan desde el momento de su nacimiento. Cuando son renacuajos, nadan dándose impulso con la cola, haciendo una especie de S con ella en el agua, pero cuando les crece las extremidades y les desaparece la cola, pasan a utilizar sus patas traseras para darse impulso en el agua y nadar. Estirando sus patas delanteras y encogiendo sus patas traseras, las ranas pegan rápidamente las patas delanteras a su cuerpo mientras estiran las patas traseras para empujarse en el agua y avanzar rápidamente.
Cuando se aparean, muchas ranas, utilizan el color o las manchas de su piel para defender su zona de apareamiento. También utilizan su piel para advertir a sus adversarios de que son venenosas.
Las huevas de las ranas y sapos:
Casi todas las ranas y sapos vuelven al agua cuando se aparean. La hembra pone los huevos en el agua (una inmensa cantidad de huevos), y más tarde va el macho para fecundarlos. Existen algunas especies que ponen los huevos en montones, mientras que otras lo hacen en filas, como si se tratase de collares. Cuando los huevos eclosionan, de ellos salen renacuajos muy pequeños que se van desarrollando poco a poco hasta lograrse convertir en una rana muy pequeña, pero con la misma forma que las ranas adultas.
Las ranas arborícolas:
Gracias a las ventosas situadas en las patas de estas ranas, las ranas arborícolas son capaces de engancharse en superficies muy lisas. Las ventosas tienen una especie de mucosidad pegajosa que permiten a las ranas agarrarse de los troncos y ramas de los árboles para trepar y hacer vida en lo alto de los árboles.
La rana tomate de Madagascar:
Existe una rana que tiene forma de tomate y que, por lo tanto, adopta el nombre de "rana tomate de Madagascar". Para muchos, resulta una de las especies más curiosas de ranas.
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